lunes, 25 de octubre de 2010

Buenos días

Nuevo día.

Me he llevado una desagradable sorpresa al intentar acceder a un trabajo online… y he visto que ni siquiera me deja acceder. Pido cambio de contraseña… y me recocone el correo… pero no puedo acceder al contenido… al menos en este ordenador. Lo volveré a intentar desde casa.

En otro orden de cosas, el trabajo prospera lentamente.

Se me ocurren cientos de ideas para desarrollarlas aquí, en este proyecto… pero no es mi función la de dar ideas ni la de aportar nada.
Montañas de trabajo acumulado
¡Buff!¡Lo que me queda todavía!
Simplemente soy la persona que ejecuta órdenes.

¡A ver cómo les digo que el programita en cuestión puede dar errores y hasta puedes no poder acceder a él… como me ha pasado a mí!

En fin.

Seguiré intentándolo.

Un saludo.

jueves, 21 de octubre de 2010

¿Y qué haces cuando te pasa esto?

Buenos días.

Ya sé que este artículo lo van a leer muy pocas personas dado que he tenido que pasar este blog a privado porque alguien estaba intentando boicotearlo.

Por eso ahora sólo admito invitados expresos.

Algún día volveré a abrirlo al público, por lo que estoy escribiendo estas líneas para cuando llegue ese momento.

Cuando trabajas, cuando preparas con mimo un trabajo y esperas que los demás lo reconozcan como se merece... y te encuentras con esto... ¿qué puedes hacer escepto defenderte? El Derecho Intelectual está ahí. El Derecho a desarrollar tus propias ideas sin que otros te plagien o boicoteen. Pero siempre está el gracioso/a de turno que cree que ya que trabajas online, te arriesgas no sólo a que te plagien sino a que te intenten boicotear. Por fortuna, suelo entrar muy a menudo y me dí cuenta de que algo no iba como debía... y actué.

Unas líneas para tí, boicoteador/a.
Imagen encontrada en www.taringa.net/posts/hazlo-tu-mismo/5417148/...
Si tu mente está tan hueca que no tienes ideas propias, respeta las ideas de otros... como solemos hacer los que nos asomamos a esta ventana virtual. Si te da igual lo que digo, si "passas"... ¡no sabes cómo lo siento por ti! Te pierdes una experiencia increíble. Sé que te reirás, que dirás que soy una chiflada (sí, soy mujer), que no soy quién para darte lecciones... pero pronto aprenderás que hay normas para todos. Incluso para ti. Podemos adoptar ideas de otros, adaptándolas a nuestra personalidad, desarrollándolas de un modo diferente. Es la convivencia. Todos influimos en todos. Incluso aquí. Por eso es tan hermoso y enriquecedor leer los artículos de otras personas incluso cuando te parezcan infantiles o estén llenos de errores. Pero tú has decidido apropiarte no sólo de una idea sino de todo el blog. Pues no. No te pertenece. Algún día leerás este artículo y te cabrearás. Me es indiferente. Si no eres lo bastante maduro/a, no eres bienvenido/a. Ahora me perjudicas en cierto modo... pero esto es momentáneo. Tú te perjudicas más... a largo plazo.

Lo siento por todos los demás que, aunque no me habéis dejado unas palabras, sé que habéis entrado y me habéis leido.

Esto es pasajero.

Un saludo cordial... para cuando lo leáis.

viernes, 15 de octubre de 2010

Lo necesitaba

¡Buenos días!

Lo necesitaba. Sí.

Necesitaba exorcizar a parte de mis demonios y obligarles a ver la luz.

Les he hecho mirarse en un espejo y se han espantado ante su aspecto, de modo que hoy puedo mirar fugazmente al pasado sin rencor ni resquemor.

El camino a recorrer es largo y ya duro de por sí. No necesitamos más obstáculos en él.

¿Qué podría contar hoy para romper el tono filosófico-humorístico-gótico con el que he empezado este artículo?

Érase una vez una escritora muy novel que se enfrentó a un papel en blanco... casi... y no sabía muy bien cómo seguir su artículo.

Su cerebro daba vueltas y más vueltas y sus neuronas se zarandeaban las unas a las otras para motivarse a dar ideas originales... pero no se les ocurría nada.

En esto, una de las neuronas vio a otra ensimismada y le preguntó qué ocurría. "Se supone que gracias a nosotras la humana piensa", dijo con tristeza, "Estamos dándole vueltas y más vueltas y no se nos ocurre nada". Las demás neuronas se miraron muy sorprendidas y empezaron a hablar entre ellas mientras la pensativa neurona las devolvió una mirada grotesca.

La joven escritora puso sus dedos sobre el teclado y los fue deslizando letra a letra hasta conseguir formar frases coherentes, rellenando línea a línea el papel en blanco hasta completar los folios pedidos.

Se levanta, estira perezosamente los hombros, va a la cocina, se prepara un café y lo bebe despacio, pensando en que tiene que volver a empezar de una vez se haya relajado. Tras los quehaceres diarios, regresa al ordenador y visualiza el texto escrito con un amargo suspiro... y le asalta una profunda y agradable sorpresa al empezar a leer el borrador preparado.

"¿He escrito yo eso?", preguntó en voz alta, asombrada, esperando una respuesta que no llega.

Su alegría no ha hecho otra cosa que empezar porque, al entregar la obra ya terminada y revisada un millón de veces, el destinatario se sorprende igualmente.

Pasado un tiempo, el teléfono suena en el domicilio de la joven y, al otro lado, una voz masculina conocida le anuncia ¡pletórico! que "todo el mundo" está entusiasmado con su libro, que van a hacer tal o cual evento para publicarlo, que... Para entonces, la joven ya no escucha. Sólo sonríe, satisfecha por el deber cumplido... y pensando que le ha resultado mucho más fácil de lo que creía en un principio.

En su cerebro, sus neuronas se relajan un poco tras una discusión amarga y tensa.

Y, por un segundo, una pregunta flota en el ambiente.

"Bueno, chicas", dice una voz, "¿Y qué vamos a pensar hoy... para ayudarla?"

Y yo, a lo tonto a lo tonto, también he escrito mi artículo.

Un saludo.

jueves, 14 de octubre de 2010

Y un día, ocurrió

¡Buenos días!

¿A nadie le ha pasado nunca que espera con ansia encontrar la solución a un problema X... y pasa un tiempo interminable... y un buen día, cuando parece que ya te has rendido, la solución aparece de improviso?

Pues es lo que me ha pasado a mí con uno que me estaba volviendo del revés.

Ya me estaba dando por vencida, me estaba dejando llevar por el desasosiego... cuando me un milagro me ha puesto la solución delante.

Puestas así las cosas, el tema en cuestión ha pasado a la historia favorablemente de modo que puedo seguir adelante sin problemas añadidos.

Hace poco alguien me ha comentado que la situación de un proyecto que tenía en mente era caótica. Como buena amiga, le pregunto a la persona en cuestión qué ocurría, que si podía ayudar en algo. Esa persona me dice, con sorpresa, que sí, que de hecho soy la indicada para hacerlo. Y así ocurrió.

Todo fue bien.

El proyecto en cuestión estaba atascado por una nimiedad que se solventó sin problemas a las primeras de cambio y los que tuvieron la idea lo sacaron adelante sin contrariedades. Ahora bien. El mínimo reconocimiento que esta que escribe esperaba por parte de ellos nunca llegó. Fueron promocionados, consiguieron puestos mejores y sus bolsillos se vieron recompensados... mientras yo aumentaba las filas del INEM sin contemplaciones. 

Desde entonces, esta escritora en ciernes ha madurado y ha fortalecido algunas facetas de su carácter (otras todavía deberán pulirse poco a poco conforme avance el tiempo) y ya no es aquella niña que se dejó embaucar por personas sin escrúpulos que la retiraron la palabra en cuanto consiguieron sus fines. Hoy, esa niña se ha hecho escritora aficionada y, de cuando en cuando, la musa en cuestión le acaricia una mejilla e ilumina su mente para que, en un momento dado, sus dedos corran sobre el teclado dando forma a frases de tal modo que el texto final sea mucho más cómodo y hasta agradable de leer.
Quiero hacer constar que no tienen nada que ver con el proyecto al que se refiere el presente artículo
El proyecto de aquellas personas llegó a buen puerto, sí. Y luego surgieron otros proyectos del mismo grupo de personas, que nunca finalizaron porque faltaba una pequeña tuerca en el engranaje. No quiero  decir con esto que sea imprescindible ¡ni mucho menos! Simplemente lo que reivindico aquí es la justicia debida para todos aquellos seres pensantes que en algún momento dado de sus vidas  han tenido una buena idea y otros se la han apropiado sin escrúpulos.

Ya lo dice el refrán: Al César, lo que es del César. No vaya a ser que les pase como a ese grupo de gente  que se aprovechó en su día de una joven. Hoy yo estoy trabajando y ellos están en el paro. A eso se le llama justicia poética.

Un saludo. 

viernes, 8 de octubre de 2010

Plástico

¡Buenos días!

Un hecho conocido por todo el mundo es que debemos reciclar todo lo que podamos y un poco más... o este mundo se nos va definitivamente entre agónicos estertores. De hecho, se nos está marchando.
Si no reciclamos, esto no es una medusa...
Lo más escandaloso del caso, a mi modesto entender, es que algunos grandes almacenes intenten hacer negocio con las susodichas bolsitas de plástico: Primero nos vendieron la idea de que sus bolsas eran biodegradables... para, posteriormente, cobrarnos descaradamente por cada bolsita y pedirnos que "reciclemos las bolsas para cuidar el medioambiente"... El negocio gira también en torno a este hecho. "Se lleva" lo de reciclar y pensar en verde... aunque algunos ya lo pensábamos hace años. Y yo me pregunto... No son sólo las bolsitas de plástico... ¿Y los botellones que esos grandes almacenes venden a los menores? ¿Y las botellas de alcohol, de cristal? ¿Y todos los plásticos de los productos que ellos mismos venden? Antes no te vendían los productos empaquetados individualmente casi embasados al vacío y envueltos con plástico y "preservados" con más plástico...  "para que el producto llegue en perfectas condiciones hasta Vd.". ¿¿Pero qué me estás contando??

¡Apuntaos esto, RR.PP. de ciertos comercios!

Plazos de tiempo para la descomposición de varias materias comunes:
  • Cáscara de plátano o de banana: 2 a 10 días.
  • Pañuelos hechos de algodón: 1 a 5 meses.
  • Papel: 2 a 5 meses.
  • Cáscara de naranja: 6 meses.
  • Cuerda: 3 a 14 meses.
  • Filtros de cigarrillos: 1 a 2 años.
  • Estaca de madera: 2 a 3 años.
  • Calcetines de lana: 1 a 5 años.
  • Estaca de madera pintada: 12 a 15 años.
  • Telas de nailon: 30 a 40 años.
  • Pañales desechables: 5 a 100 años.
  • Envases de leche (Tetra PACK): 100 años.
  • Zapatos de cuero: 50 a 200 años.
  • Bolsas de plástico: 100 a 200 años.
  • Latas de Aluminio (paquete de 6): Aproximadamente 450 años
  • Canillas de plástico (de paquetes de latas de aluminio): 450 años.
  • Vasos de aislante térmico de poliestireno "Styrofoam": 500 a 1000 años.
  • Botella de vidrio: Cerca de 4.000 años.
  • Hierro: Dependiendo del tipo de hierro, de 1 año a varios millones de años
Parecen tonterías, pero da qué pensar...

Son productos habituales en el mundo que nos ha tocado vivir... No quisiera parecer alarmista, pero hay que ponerse YA las pilas... reciclables... o nuestros nietos y sus descendientes lo van a pasar muy mal.

Volviendo al tema de esta entrada, creo que deberíamos olvidarnos YA de las bolsitas de plástico no sólo por el medioambiente, sino por nuestro propio bolsillo porque, dependiendo del establecimiento, cobran entre 1 y 7 céntimos de Euro [Lo que vienen a ser entre 166 Pts y 1165 Pts ¡¡por una bolsita de plástico!!].

Parece una broma de mal gusto, pero es cierto.

Y para los más   suspicaces   o reticentes, en este enlace http://www.madrimasd.org/blogs/sostenibilidad_responsabilidad_social/2010/09/05/131102  se comenta no sólo el costo de dichas bolsitas en esa comunidad... sino algunas opiniones a tener en cuenta de algunos ciudadanos indignados   y en este otro http://www.blogdemedioambiente.com/sostenibilidad/el-precio-de-una-bolsa-de-plastico/  se hace constar un ejemplo a seguir: Irlanda. ¡¡Cobraban 15 céntimos de Euro [¡¡¡¡2.496 Pts!!!!] por bolsa en el 2002!! En los cinco años siguientes se redujo el uso de las mismas un 90%. 

Si todos siguiéramos su ejemplo, creo que iría mucho mejor.

O, probablemente, se encontraría otro producto altamente contaminante... como ya ocurriera con el carbón y la revolución industrial...

Un tema delicado, pero muy serio.

Un saludo.

lunes, 4 de octubre de 2010

¡Y parece que fue ayer...!

¡Buenos días! Sonrisa

¡Parece que fue ayer cuando mi nene empezaba a dar sus primeros tambaleantes pasos, se tropezaba, caía, se levantaba con una risotada y seguía su camino con una sonrisa de oreja a oreja!

¡Y ya tiene casi dos meses!

Ha aprendido mucho todo este tiempo: ¡Ya me sabe leer y escribir! Se alimenta bien, con gran variedad de productos y gran surtido de imaginación y aportaciones externas. Eso le está haciendo más fuerte, listo y responsable... por lo que estaré eternamente agradecida. Sin la ayuda de los canguros de turno, de las personas que se ofrecen a custodiarle durante un momento al menos... no habría llegado hasta aquí.

Mi niño es feliz.

¡No hay más que verle! Guiño
¡Cómo crece mi niño...!
Espero que mi niño siga madurando rápidamente, que vaya aportando su granito de arena y que se comporte como debe en este mundo y no se meta en problemas. Y que todos lo vean con salud y alegría.

Un saludo.